"Zinedine no para de decir que vio Cars 2 de disney pixar, de corrido, a su manera, pero pucha que lo dice. Y tu carcajada con emoción la siento en mi nuca. Confieso que no la estoy pasando nada bien, que comenzamos a buscar los lugares vacíos, ya esa urna parece que no alcanza. En definitiva, es un hasta luego larguísimo Caemos en la desdicha de tu ausencia y en la puta vida imagine sentirme derrotado..." Este es un extracto del 29 de julio de 2011, no recordaba que lo había escrito, me figuraba en borrador y hasta probablemente, desde aquella fecha tan lejana se haya extendido mi abandono blogero.
Una de las cosas que me dijeron fue "te vas a ir olvidando de la voz" No sé otros, no me ha pasado, un vozarrón importante para precario olvido. La vida sigue, nos reímos celebramos, esperamos la navidad, los reyes, las pascuas, los regalos, los cumpleaños, todo parece seguir un cause normal salvo el tema de las exportaciones, te hubieses calentado con Guille Moreno. Además a promedio de lo que venías fumando, casi 6 gambas por mes hubieses dejado. Se fueron al carajo Jorge... Igual no nos quejamos porque decidimos traer niños al mundo, será varón, será mujer? Le compramos un pool a Zinedine, bastante bueno salió, nos hemos mudado, tuvimos unos inquilinos hermosos, yo sé que tu consejo hubiese sido, cuál hubiese sido tu consejo? Ahí me faltó una mano. En fin, te iba a contar del dolor que me causa la muerte, del miedo, de la frustración que genera, pero invariablemente viré a otro lugar, con mas luz (ahora le dicen así Pa, "te doy luz", "mucha Luz")
http://www.youtube.com/watch?v=feEPDBLo0CU Pero ya lo había patentado el viejo Luca "Brilla tu luz para mi"
PD; Con Mamá recibimos la mejor noticia en el fin de año que pasó, aquel buen hombre que nos avisó lo que había pasado, se animó después de mucho tiempo a venir a vernos y a contarnos que te fuiste con una sonrisa pintada... Es la metáfora más perfecta de cómo te recordamos todos. Te amo.
Al viejo no le gustaba el fútbol
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lunes, 8 de abril de 2013
viernes, 29 de julio de 2011
Asesino del gol
Esa noche recibió de espaldas, le metió caño de doble salida al volante y con gesto gaseleano encaró sus presas. La tiró larga entre los centrales, milimétrica, los barrió y esa pelota inmaculada se eyectó; saltó para dominarla y quedar frente al arquero para sellar nuevamente el clásico. El mejor amateur del Bronx, la gloria hecha cancha, la durmió con su mano diestra, la gota de su frente fue mar, pensó y encorvó su espalda en gesto hábil, mientras el arquero, testigo de la infracción, administraba gestos frente al goleador. El árbitro no miró, no quiso mirar. El taco había generado la reverencia. De rodillas a la jugada, el guardametas se resignó ante la obra, una lagrima cayó sobre la tierra. Los que estaban cuentan que la pelota entraba mansa, destino de red, cuando sus manos la hicieron tenazas. Los puristas, los asesinos a sueldo se unen con los goleadores en la perfección de la obra. Por primera vez en su vida, Boggie se había sentido sucio.
*Con este microrrelato de 800 caracteres estoy participando de un concurso de Fontanarrosa. La pagina se llama www.cuentosymas.com.ar Como sé que al viejo le hubiese gustado leerlo, lo dejo. La cuestión del blog será siempre recordar a papá pero también poner cosas que vayan surgiendo. Sé que al menos, se sentiría feliz sabiendo que hago lo que me gusta. Muchas gracias. Agradecerle al Galle que la casualidad de la vida me permitió reencontrarlo en el mundo 2.0 y me abrió esta oportunidad. El respeto de siempre...
*Con este microrrelato de 800 caracteres estoy participando de un concurso de Fontanarrosa. La pagina se llama www.cuentosymas.com.ar Como sé que al viejo le hubiese gustado leerlo, lo dejo. La cuestión del blog será siempre recordar a papá pero también poner cosas que vayan surgiendo. Sé que al menos, se sentiría feliz sabiendo que hago lo que me gusta. Muchas gracias. Agradecerle al Galle que la casualidad de la vida me permitió reencontrarlo en el mundo 2.0 y me abrió esta oportunidad. El respeto de siempre...
jueves, 14 de julio de 2011
Brindo contigo... Salud
Envuelta en uno de esos papeles chick de regalo, de un tamaño profundamente diminuto pero de gigantesca valía, jugando en un contrapunto en el cual se unen varios cabos. Un nudo de placer continuo. 365 días después agazapada en un rincón de un mueble que se abre constantemente pero del que nadie percibió su presencia. La importancia del momento, lo cruel del momento y la intrascendencia del después. Por que no recuerdo ni por puta si ganamos, perdimos, empatamos, ni contra quién. Solo sé que el día del padre versión 2010 llegué tarde, ya una habitualidad como jugador-técnico de Correcaminos. Todos me entienden al modo que todos me putean. Un año más tarde, mi vieja me recibió con la botellita diminuta de champagne que mi viejo me había regalado simbólicamente pero que nunca me entregó o vaya saber uno qué. Se la guardó para este 2011 de ausencia. Para brindar conmigo a la distancia. Pero yo no se si abrirla y brindar a su salud, o guardarla eternamente en algún mueble en el cual no pase desapercibida.
viernes, 17 de junio de 2011
Esa imagen no me pertenece
Recién pensaba, diez días que no escribo… Tengo miedo de chocar, de chocar con su camioneta. Esos son los momentos de imprudencia mental. Siento que no domino ese estado casi etílico sin haber tomado mas que un par de mates. Cuando voy manejando y fumando un cigarrillo siento que mi papá está de frente. Son lapsos de charlas en las que ninguno habla pero el aura es celestial. Son los momentos en que uno siente culpa. A ustedes no les pasa que después de un chiste sienten que están en falta. Necesito un luto medieval, puta madre. Esa tristeza en un rostro, son marcas que la vida te acomoda y que ningún puto cirujano te las saca. La imagen se repite en mi cabeza en esos baches que necesito llenar. Es él, ahí, en ese lugar plagado de trabas. Yo sé que en ese lugar mi papá no es feliz. Ese lapso, esa imagen que yo tengo es de una narrativa propia de una historia que me es impropia. Ese marco que tengo en los centímetros de cerebro no condice con lo que viví. Y se repite como fotocopia de documento. Puta madre me digo, tu viejo tiene que aparecer en un asado; en esa comunión de maderas, carbón, leña y el elixir de ese olor. En la copa de champagne. Tu viejo debe aparecer ahí. Pero no. Son los momentos de soledad, de mi angustia reiterada, de saber que no se rebobina. Siento el día del padre como un día mas. Siempre lo desvalorice. Y creo que de los últimos, siendo padre, he llegado tarde o me he ido temprano. A jugar al fútbol, claro. A mi viejo no le gustaba el fútbol, pero nunca me reprochó nada. Lo repetiría este domingo, claro, pero juego a las 11, vaya destino. Llego para la picada. Lo celebraré cuando brinde, no tengo dudas. El reproche es una constante que no se si me sacarán los años. Solo sé que muchos lo sueñan, lo ven y a mi es como que me pasa de largo. El teléfono suena menos, los repuestos de maquinas de afeitar duermen en una góndola de supermercado, alguien ya no los compra. Mi hijo se resiste a elaborar ese duelo y no manejo situaciones de angustia tan pronunciada.
Veo en mi abuelo la tristeza de un tango que quedó huérfano. Perder un hijo a cualquier etapa de la vida es perder a un hijo. Los padres sabemos de qué hablamos. Veo que mi abuelo se asfixia. ¿Y cuando te preguntan cómo estas? Que les decis; como el orto. No se puede. Pero la realidad es que todo cambió. Siento que en este koinhor no sabemos si saldremos secos o bien arrugados, lo que no tengo dudas es que el centrifugado es tremendo. Algunos te piden que entiendas la divinidad celestial de la situación. A mi ponémelo ahí enfrente, con una copa de vino, un buen plato de comida, hablando de cualquier cosa menos de los promedios. Es que a mi viejo no le gustaba el fútbol…
martes, 7 de junio de 2011
Una llama en el pecho
Planificar sobre una ausencia imagino que no será fácil. En parte por que la otredad es aquello desconocido, que posee vestigios emparentados con el miedo y el dolor. Yo que siempre pensé en la muerte, que transpolé mi idea que en el cielo (egocéntrica, claro) no había canchas de fútbol, me comí una mano de frente. Fui a lo banal de pensarme vivo una vez muerto. Es decir, viviendo, pensaba en la muerte y en lo que prosigue, que los creyentes reconocen como reencarnación. Eso. Fui 50 pasos adelante. Y encontré que no tengo respuestas, que mi viejo no me puede contarme qué pasa allá, que lo idealizo comiendo asados, tomando vino, buscando ladrillos para armar una casa, pero la angustia genera una llama y tu cuerpo no es ignífugo. ¿Me explico? Hoy no le encuentro sentido a la muerte, ni a la intuición de lo que significa. Es mas, pasé a tenerle miedo y eso te paraliza. Uno la presencia la ameniza casi que con rutina, con un valor significativo bajo. Pensaba que debemos prepararnos para los momentos y vuelvo a ese juego de adelantarme a las jugadas. Será propio, entonces. Esa planificación casi obsesiva de la muerte no me sirvió para nada, porque sufro la ausencia mas profunda en cada lugar común. En cada gesto, en los repuestos de la maquina de afeitar que ya no me regala. Pero he perdido el llanto, lo neutralicé mentalmente y quizá apeló a inmolarme en estas líneas para llorarlo. Pero quién carajo dice que el luto interno te libera. Solo cumple cánones preexistentes y muere solo en eso. El flagelo pasa porque me llevé a la muerte a un sector que me atomizó de tal manera que me siento en un desequilibrio emocional que no admite concesiones. No quiero que llegue la navidad para saber que mi dolor será canalizado en el gesto simple que mi viejo me está mirando. Aquello que he banalizado, lo necesito de oxígeno.
El día que se murió papá, lo noté en el rostro de mi esposa. Hubo un gesto, un quedo, una señal que me hizo complicado el trayecto de mi casa al hospital. Creo que allí comenzó la tarea de convencimiento en esas cuadras oscuras que fui atravesando. Es más, en un camino de rutina, me perdí. Ya era tarde, claro, aunque no tenía la certeza que finalmente me generaría ese frío cala huesos. Pero yo lo ví en ese rostro, aunque mi esposa no tenía ningún tipo de noticia, solo le habían comentado de una descompensación. Dicen que dije, "la concha de su madre, papá" previo golpe al volante. Yo no lo recuerdo. Como tampoco recuerdo cómo ingresé a ese cuarto para encontrarme con las últimas imágenes de mi viejo.
sábado, 4 de junio de 2011
No me baje los brazos pendejo
Creo que ya lo dije que a Jorge no le gustaba el fútbol y habrá una duda que nunca me sacaré: no le pregunté por qué no le gustaba el fútbol. Creo que lo acepté de la misma manera que él con mi pasión. La fuimos llevando como quien dice. Año 2001 si mal no recuerdo, en la misma mesa en la cual estoy escribiendo en este momento, cuadré una situación casi perfecta. Era un miércoles y previa captura de control remoto puse Brasil Chile por las Eliminatorias para el Mundial Japón Korea cuando intenté una alocución que traería inconvenientes. De frente al televisor, de espaldas a mi viejo, intenté algo más o menos así "dejo la facultad, me cansé de Comunicación Social, voy a todo por el periodismo". Se apagó la televisión con un solo gesto y esa presencia que tenía Jorge en la vida de todos, se hizo latente. Intenta escapar del momento como quien quiere cerrar un partido armando dos líneas de cuatro y los delanteros bien lejos. Pero no, había algo que oír, no se iba a ir derrotado de esa mesa, aquel que siempre quiso estudiar medicina y no pudo. Me dijo sus cosas. El qué vas hacer se cae de maduro cuando uno encara nuevos caminos. Ecuación sin equanom. Periodismo deportivo es lo mio, acá tenes todo lo que necesito para entrar al Círculo de Periodistas Deportivos. La decisión venía con folleto explicativa porque intuía a mi viejo en el después, por eso jugué la de precavido. Solo me pidió ser el mejor, lográ ser el mejor, dentro de los parámetros que has aprendido en tu vida. El logro de una pasantía y esa entrada en Olé que duró 2 años había sido mi pasaje al éxito. Mi viejo siempre arrancaba en el no para buscarle la vuelta al si. A muchos les debe pasar, supongo. Estuve 3 años sin trabajar en el periodismo hasta la inmaculada chance en FM SUR. Estaba contento quien en la vieja Radio Porteña había hecho Comunicándonos. Era el programa que proseguía al de América Argentina Trigovich. El tipo que no escuchaba radio, tenía su programa. Creo que iba los jueves a la noche, yo era un nene en aquel entonces. Me preguntaba mucho por la radio, estaba metido. A mi viejo que no le gustaba el fútbol escuchaba los programas, las previas, los partidos, a pesar que mi trabajo de producción no requería de mi voz. Pero Jorge sabía que yo estaba, entonces el debía hacer el aguante. Ese era mi viejo. El que un día me dijo, estoy orgulloso de vos, de esa gente que labura en la radio. Se los nota contentos, felices. Eso me emociona. Ese viernes no creo que haya escuchado el programa, pero cuando nosotros estábamos terminando una tira, él, a unas diez cuadras, encontraba su inmortalidad en estas letras.
viernes, 3 de junio de 2011
Brilla tu luz para mi
La frase la venía pensando desde hace mucho tiempo aunque no terminaba de definirla por cuestiones que uno posterga porque no las considera a priori interesantes. Aquel miércoles 6 de abril salí mas temprano de casa para ir a la radio para comenzar a darle color a una historia. No era una cuestión de animarse sino que tenía que ver exclusivamente con romper el aburguesamiento de la rutina laboral. Cumplida la requisitoria básica, confirmé lo que deseaba con el Negrom bajo un solo aspecto: el lugar era ese y no se tranzaba (le mostré la zona de mi cuerpo). Solo restaba decidir la tipografía. Aquello duró 15 minutos, no mucho mas. El turno estaba pactado para el viernes 8 a las 14 horas en el local. Gente afín a Quilmes, uno la pasa bien siempre. Y tras la primera edición en la radio, aquel día me dispuse al segundo tatuaje. El primero lo llevo en el antebrazo con el nombre de mi hijo, claro. Este segundo tatuaje tendrá varias particularidades que tienen que ver con el lugar en el cual irá y la dedicatoria. Brilla tu luz para mi es la frase traducida de Shine thats light on me de Sumo. El homenaje tenía que estar. Me gusta el nombre Luca. Pero Felipe terminó siendo Zinedine y ahí no había chances de nada. Entonces llevé a la piel al Pelado Prodan. En una frase que significa mucho para mi en cuanto a la pertenencia con un hijo. Aquel viernes 8 de abril, el Negro comenzó con el brazo derecho en su parte interna. Yo peleé por que también acompañe un Principito, pero se negó porque saldría deformando; tranzamos en unas buenas estrellas para que no esté tan solo. Brilla tu luz para mi denota el amor por mi hijo en su estado puro. Aunque, estaba latente con mi esposa el por qué de la mano derecha y no la izquierda donde figuraba Zinedine. Mis respuestas eran tajantes pero sin tanto sustento. Va acá y listo. Finalmente, casi a las 5 de la tarde la obra quedó concluida. Con algo de dolor, pero totalmente soportable. Llegado a casa, la foto fue a facebook donde ya había sido anunciado el mismo.
Esa tarde fui a la radio en colectivo. Recordaré cada momento como un golpe al mentón. Tengo en la mente cada espacio cada vez que mi hijo me pregunta por su abuelo. Cada movimiento y cada palabra se hacen recuperables en un instante. Me recuerdo sentado allá por las 11 de la noche. Destruido sin retorno, arremangando y con la cabeza gacha en busca de explicaciones que aún hoy no encuentro. Una puta mirada para una frase: Brilla tu luz para mi... Ocho estrellas de izquierda a derecha para un puto 8 de abril. Ni una mas ni una menos. Esas paredes con la elocuencia de un hospital casi que me guiñaban el ojo en gesto cómplice. La frase a mi hijo se había transformando en tres horas en una frase para él. El mismo que estaba a unos metros. Al que no podía ver sin moverse. La coincidencia de un homenaje es un golpe muy fuerte para un momento vacío porque no pasaba por un estado de conciencia para significar que mi viejo estaba pegado en la piel. Nunca lo pensé, pero ya no lo sentía impropio. Pero yo no se lo podía contar, si no me escuchaba. Me hace mal escuchar que cayó desplomado, que no tuvo fuerzas, que miró al cielo, que sonrió bajo el cobijo de su madre (dicen aquellos que se apoyan en la metafísica). No tengo dudas que la meticulosidad de mi viejo generó eso. Contrarrestó el dolor con ese homenaje. No me lo alivió pero generó algo en mi que será póstumo. Cada vez que mi hijo lo nombra pienso en la crueldad de lo que muchos llaman destino. Yo solo miro mi brazo y le agradezco su perfección...
Esa tarde fui a la radio en colectivo. Recordaré cada momento como un golpe al mentón. Tengo en la mente cada espacio cada vez que mi hijo me pregunta por su abuelo. Cada movimiento y cada palabra se hacen recuperables en un instante. Me recuerdo sentado allá por las 11 de la noche. Destruido sin retorno, arremangando y con la cabeza gacha en busca de explicaciones que aún hoy no encuentro. Una puta mirada para una frase: Brilla tu luz para mi... Ocho estrellas de izquierda a derecha para un puto 8 de abril. Ni una mas ni una menos. Esas paredes con la elocuencia de un hospital casi que me guiñaban el ojo en gesto cómplice. La frase a mi hijo se había transformando en tres horas en una frase para él. El mismo que estaba a unos metros. Al que no podía ver sin moverse. La coincidencia de un homenaje es un golpe muy fuerte para un momento vacío porque no pasaba por un estado de conciencia para significar que mi viejo estaba pegado en la piel. Nunca lo pensé, pero ya no lo sentía impropio. Pero yo no se lo podía contar, si no me escuchaba. Me hace mal escuchar que cayó desplomado, que no tuvo fuerzas, que miró al cielo, que sonrió bajo el cobijo de su madre (dicen aquellos que se apoyan en la metafísica). No tengo dudas que la meticulosidad de mi viejo generó eso. Contrarrestó el dolor con ese homenaje. No me lo alivió pero generó algo en mi que será póstumo. Cada vez que mi hijo lo nombra pienso en la crueldad de lo que muchos llaman destino. Yo solo miro mi brazo y le agradezco su perfección...
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