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jueves, 14 de julio de 2011
Brindo contigo... Salud
Envuelta en uno de esos papeles chick de regalo, de un tamaño profundamente diminuto pero de gigantesca valía, jugando en un contrapunto en el cual se unen varios cabos. Un nudo de placer continuo. 365 días después agazapada en un rincón de un mueble que se abre constantemente pero del que nadie percibió su presencia. La importancia del momento, lo cruel del momento y la intrascendencia del después. Por que no recuerdo ni por puta si ganamos, perdimos, empatamos, ni contra quién. Solo sé que el día del padre versión 2010 llegué tarde, ya una habitualidad como jugador-técnico de Correcaminos. Todos me entienden al modo que todos me putean. Un año más tarde, mi vieja me recibió con la botellita diminuta de champagne que mi viejo me había regalado simbólicamente pero que nunca me entregó o vaya saber uno qué. Se la guardó para este 2011 de ausencia. Para brindar conmigo a la distancia. Pero yo no se si abrirla y brindar a su salud, o guardarla eternamente en algún mueble en el cual no pase desapercibida.
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Es mucha la tristeza que me invade luego de traer a la memoria un buen recuerdo de tu viejo. Pero valen la pena todos ellos. Un abrazo primo. Rodrigo.
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